19.9.08

EL PREVENTIVO... 2da. Parte


EL PREVENTIVO

Carlos Román Cárdenas


10:51 A.M.

El trayecto al estadio fue toda una romería. La gente estaba formada al paso de la caravana de Arnulfo y compañía. Parecía la visita del papa. Cientos de niños con su máscara naranja, gritaban a todo pulmón mientras llovían papeles de colores y vítores. En un semáforo, una viejita se acercó a la estaquitas Nissan de Don Panchito y le regaló una imagen de la Virgen Del Chorrito a su ídolo. Arnulfo estaba emocionado. Nunca soñó que iba a ser profeta en su tierra. Desde niño esperó este momento de gloria, y ya lo sentía al alcance de la mano; tan nítido.

Era tanto el aglomeramiento, que Arnulfo tuvo que bajarse de la camioneta y aventarse a pie casi doscientos metros. Aquello era algo nunca visto. Épico. El ídolo reynosense llegó al estadio cubierto de flores y medallas de todos los santos. En cambio, el pobre Mil Máscaras pasó desapercibido; ni siquiera mereció un huevazo o una mentada de madre. Nada. En su improvisado camerino, trataba de encontrar una explicación a tanto alboroto. Estaba muy confundido. Muchos dicen que cuando subió al ring, tenía la mirada perdida, como venado lampareado.

La lucha estaba programada para la una de la tarde; sin embargo, El Preventivo vino pisando la lona hasta ya pasadas las dos. El sol caía a plomo, pero la gente ni se movía de sus lugares. En ring side, ya estaban acomodados Rodolfo Carmona y Don Cipriano. El pobre “Cubitas” iba y venía con vasos de cerveza para sus patrones. En fin, todo estaba listo y la gente amontonada en sus lugares. Yo les podría contar lo que sucedió después, pero mejor dejemos que los que saben de eso, lo hagan por mí.

A continuación, una transcripción de un fragmento del audio original, narrado por el doctor Alfonso Morales y Pedro “El Mago” Septién:


ALFONSO MORALES: Muy buenas tardes a toda la República Mexicana… estamos hoy aquí, en la pujante ciudad de Reynosa Tamaulipas, para llevarles a todos ustedes la transmisión de un evento que ha acaparado la atención de los aficionados al arte del pancracio… me permito saludar a mi amigo y compañero, Don Pedro “El Mago” Septién…


PEDRO “EL MAGO” SEPTIÉN: Muchas gracias doctor… Así es, hoy estamos aquí en esta ciudad fronteriza para presenciar un hecho histórico e irrepetible… porque, déjeme decirle doctor… la lucha es más que un simple choque de gladiadores… es espectáculo de masas, es circo aéreo, es la conjunción entre la realidad y la fantasía, entre lo etéreo y lo terrenal… es la física elevada a su máxima expresión…


A. MORALES: Tienes toda la razón, Mago… ¡ahhh! ¡¿Pero que está pasando?!... ¡El Preventivo ha subido al ring convertido en un completo energúmeno!... ¡le está propinando una severa tunda a Mil Máscaras y éste ni las manos ha metido!... ¡ahhh! ¡Le va a aplicar la preventilina! ¡Su especialidad! ¡Que bárbaro!... ¡Esto es un pandemónium!... ¡Uno, dos, tres, y la primera caída es para El Preventivo!... Voy contigo Mago…


MAGO: Gracias doctor… Pues debo confesar que nada nos había preparado para lo que estamos presenciando esta tarde… Mi corazón esta tan agitado como aquella vez, en la que el legendario Babe Ruth, el bambino de oro, señaló a la tribuna antes de conectar un cuadrangular… Aquí la gente esta delirante, viviendo en la histeria, envuelta en el éxtasis que sólo pueden provocar las grandes leyendas, ésos seres que nos asombran y nos maravillan con sus proezas… Doctor, creo que hoy estamos presenciando el nacimiento de un ídolo…


A. MORALES: Así es, mí querido Mago… Hoy, el mundo de la lucha se rinde a los pies de éste muchacho oriundo del barrio bravo de la colonia Aquiles Serdán y orgullo de la ciudad de Reynosa, Tamaulipas… por cierto, en sus ratos libres es policía, de ahí su nombre de batalla… pero volvamos a la lucha, el Mil Máscaras yace tendido sobre el cuadrilátero con el rostro ensangrentado, en fin, todo esta listo para que dé inicio la segunda caída…


MAGO: Todavía recuerdo aquellos años en los que la lucha libre era un deporte que daba sus primeros pasos… Recuerdo también con gran cariño a Don Salvador Lutteroth, quien en una ocasión me dijo que este deporte iba a llevar multitudes a las arenas… Hoy, nos damos cuenta que Don Salvador no andaba tan equivocado… Y es fácil de comprender… La lucha libre es capaz de transportar a la gente a mundos jamás imaginados, hace que por un instante el hombre vuelva a ser niño y el niño sueñe con ser hombre; todo esto y más es la lucha libre doctor…


A. MORALES: Muchas gracias a Don Pedro “El Mago” Septién por ésas palabras tan hermosas… El referí va a revisar que todo se encuentre en orden… Parece que Mil Máscaras ya esta recuperado, pero ¡aaahhhh! ¡No ha terminado de sonar la campana y El Preventivo ya esta otra vez castigando severamente a Mil Máscaras! ¡Lo tunde de lado a lado del ring de una manera despiadada! ¡baaam! ¡Lo azota contra las cuerdas y lo lanza afuera del cuadrilátero! ¡Siiiii! ¡¡Escuchó usted bien!! ¡¡¡Afuera del cuadrilátero!!!... El referí comienza la cuenta reglamentaria de los veinte segundos… ¡Pero eso no va a ser necesario! ¡Mil Máscaras se ha ido corriendo por el pasillo! ¡Ya no quiere saber nada! ¡Se ha ido a comprar chocolates a Timbuctú!... ¡Señores y señoras, tenemos nuevo campeón mundial! ¡Reynosa tiene nuevo campeón mundial!... Vamos contigo Mago…


MAGO: Pues doctor, todavía no salgo de mi asombro… yo creo ninguno de nosotros estaba preparado para tal desenlace… la demostración que ha dado El Preventivo es, sin temor a equivocarme, una de las más grandes exhibiciones que he presenciado a lo largo de toda mi carrera… estamos presenciando el despertar de algo muy grande, la irrupción de una estrella… una erupción endemoniada vestida de naranja y negro… esta sorpresa es solamente equiparable a aquella ocasión en la que entré al camerino de Tinieblas y él no estaba ahí… solamente estaban los lentes del doctor Alfonso Morales…


  1. MORALES: ¡Ahhhhh!... ¡Maaagoooooo!...

Uno hubiera pensado que a partir de ése momento, la carrera de Arnulfo subiría como cuete en plena celebración de independencia, todo mundo pensó lo mismo. Incluso después de ésa noche hasta el presidente municipal, en un exceso de euforia y alcohol, planeaba cambiarle el nombre al boulevard Hidalgo por el del Preventivo; y créanme, la gente lo hubiera apoyado. Así de exagerada era la “preventi-manía”.

Desgraciadamente, el destino le tenía preparado algo muy distinto al pobre Arnulfo...


CONTINUARÁ....

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