14.9.08

EL PREVENTIVO...... 1a. Parte


EL PREVENTIVO
Carlos Román Cárdenas



Noviembre, 1986. Reynosa, Tamaulipas.
La gente estaba como loca. Viejos, jóvenes, ricos, pobres, santos, putas y conexas; la ciudad entera. Nadie, absolutamente nadie había podido escapar a la magia que rodeaba al ídolo de la colonia Aquiles Serdán, honesto policía, e hijo predilecto de la ciudad de Reynosa: Arnulfo Morales, mejor conocido en el fascinante mundo del pancracio como El Preventivo. Si señores. Por fin había llegado el día esperado. Incluso, era tanta la expectación, que el evento había tenido que cambiarse de la Arena Coliseo, al estadio López Mateos. Atrás había quedado la desilusión que había dejado la Selección Nacional, su dolorosa eliminación a manos de Alemania en el Mundial de fútbol, y los pinches penales. Aquí eso estaba más que olvidado. En la región todo era entusiasmo y alegría. Vino gente de todos lados; de Monterrey, del Valle de Texas, incluso uno que otro chilango aficionado de hueso colorado. No era solo la pelea por el campeonato mundial de lucha libre contra Mil Máscaras. Además, habían venido algunos productores de cine a ofrecerle al Preventivo, ser la nueva estrella del celuloide nacional y el artífice de la resurrección del cine de luchadores. El mismísimo sucesor del Santo; ni más ni menos. Como comprenderán, la emoción estaba a flor de piel…

10:02 A.M.
En el lobby del Hotel Astromundo, Epigmenio Carmona miraba con impaciencia su reloj. Desde hacía más de una hora debían haber ido por él, y para ser sinceros, Carmona no era una persona muy paciente que digamos. Desde muy joven había incursionado en el mundo del cine de la mano de su tío, el famoso productor Rodolfo Carmona. Siempre, desde jovencillo tuvo buen ojo para descubrir nuevo talento y esperaba que esta vez, su buen ojo tampoco le fallara. Hasta México le habían llegado informes sobre un modesto luchador que iba ascendiendo vertiginosamente. En el norte del país, El Preventivo ya era toda una leyenda y en la cabeza de Carmona solo rondaba la idea de proyectarlo a niveles insospechados. Hacía tiempo ya que el cine de ficheras había invadido la escena y mucho más que Producciones Carmona no se anotaba un éxito. En eso y en otras cosas estaba pensando el ilustre productor cuando por la puerta entró apurado su sudoroso y regordete achichincle, el licenciado Cortina; el “Cubitas”, para los amigos. –“Ándele licenciado… apúrele, que Don Cipriano ya nos esta esperando en el carro y hace un chingo de calor…”- Le dijo un agitado “Cubitas” que, evadiendo la mirada furiosa de su patrón, levantaba su pesado portafolios. –“¡¿Po’s donde chingados andaban?!...”- gritaba Carmona. –“En el camino le explico… ya ve como es Don Cipriano… fuimos a llevar a las viejas que se quedaron anoche y po’s ya sabe… al canijo se le antojó aventarse otro palito…”- trataba de explicar el “Cubitas” mientras ambos enfilaban hacia la salida.

10:34 A.M.
La preparación de Arnulfo Morales para este gran día, había sido casi un ritual. Muy temprano, su mamá le había preparado un machacado con huevo, tortillas de harina y unos frijoles bien chinitos; claro que no podía faltar la salsa molcajeteada que le preparaba Rosita, su adorada novia. De tomar eligió un vasote de Choco Milk. Cabe señalar que a sus veintiocho años, El Preventivo todavía era en gran parte, un niñote.
Su papá lo miraba orgulloso mientras desayunaba; pensaba en lo afortunado que eran de haber tenido un hijo como Arnulfo; noble, trabajador, honesto, y ahora, hasta famoso. Don Panchito siempre había sido muy sentimental y al contemplar embelesado a su hijito, pues poco faltaba para que se le salieran algunas lagrimillas. Arnulfo lo veía de reojo y sonreía. –“Ya no me dé mas tortillas amá… no quiero guacarear al Mil Máscaras…”- Rogaba Arnulfo. –“Si es cierto vieja… ¿no ves que luego tu hijo no se va poder aventar la “preventilina?…”-, le secundaba Don Panchito. Total, quince tortillas de harina después, Arnulfo se asomó por la puerta ya transformado en “El Preventivo”. Apenas puso un pie fuera y tronó una ovación. Ahí estaban todos los vecinos. De entre ellos, apareció Rosita. Casi como un ángel. Bueno, como un ángel; pero medio cachondón...

CONTINUARÁ.......

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