17.8.08

VIOLETA


VIOLETA
Carlos Román Cárdenas

(Originalmente pensé en convertir este guión en un cuento corto; pero respetando el nacimiento de Violeta, la dejo así, tal como fue concebida. )


1.- INT. TARDE, CASI NOCHE. DEPARTAMENTO EN MALAS CONDICIONES.
En un departamento que da la impresión de estar abandonado, la luz rojiza del atardecer se cuela por los huecos de unas ventanas mal pintadas de color negro, recorriendo el cuarto hasta darle un tono naranja a las paredes. Las sombras del escaso mobiliario se hacen cada vez más largas. En uno de los rincones a donde no alcanza a llegar la luz, observamos un catre en donde yace acostada Violeta: una jovencita delgada, de aproximadamente unos quince años. Viste sólo calzón y una camiseta de tirantes. Abre los ojos. Se despereza y se sienta al borde del catre con la mirada fija en el suelo.


VIOLETA (VOZ EN OFF):
Hoy es mi cumpleaños...... ¿Cuántos son ya?... ¿36, 37?... Que hueva... (Suspira)


INSERT: Violeta se pone de pie y avanza con precaución hacia una de las ventanas. Se asoma por las rendijas de las persianas y logra ver todavía un poco del atardecer.


VIOLETA (EN OFF):
Nomás falta que tenga depresión... Dicen que las personas que tienen depresión duermen mucho... (Sonríe divertida) aunque pensándolo bien no duermo mucho... sólo lo necesario... Supongo...


INSERT: Violeta se retira de la ventana, camina por un pasillo hasta perderse en la oscuridad de un cuarto. De pronto, se enciende la luz y vemos que es la cocina. Al fondo se encuentra un refrigerador viejo. Vemos a Violeta de espaldas abrir la puerta del mismo y de él extrae lo que parece ser un contenedor o jarra grande. Bebe el poco liquido que queda y decepcionada lo pone en la mesa. Da media vuelta y camina hacia la cámara. De salida apaga la luz. Vuelve a la habitación en donde esta el catre. Del suelo levanta un viejo pantalón de mezclilla y se lo pone. Se sienta en el catre y se calza unos viejos tenis. Se queda quieta unos segundos, suspira, se da unas palmadas en los muslos y se incorpora.


VIOLETA (EN OFF):
Ni modo... Hay que ir por la chuleta...


CUT TO:


2.- EXT. NOCHE. EDIFICIO VIEJO.
Violeta sale por la puerta del viejo edificio, observa hacia ambos lados de la calle y realiza un “de tin marín”.


VIOLETA:
De tin marin, de do pingüe...


INSERT: Camina con paso decidido por la banqueta ganadora.


CUT TO:


3.- EXT. NOCHE. VARIAS BANQUETAS DE LA CIUDAD.
Utilizando una edición de cortes rápidos, observamos a Violeta caminar distraída de frente a la cámara por diversas calles de la ciudad. Al verla venir, algunas personas prefieren cruzarse la calle; ella ni lo nota ya que lleva la mirada fija en el suelo. Un joven trata de abordarla pero Violeta lo ignora; él insiste hasta que ella se detiene. Lanza un alarido y el joven decide alejarse entre desconcertado y asustado mientras ella esboza una sonrisa. Después de caminar un buen rato, se detiene frente a una casa en una colonia residencial. Violeta voltea y observa que la luz de la sala está prendida. Se acerca despacio y entra por el pasillo que da al patio. Se asoma por la ventana y observa a una pareja ya entrada en años, quienes observan en la televisión lo que parecen ser videos familiares. En ellos sobresale la imagen de una niña de unos doce años muy parecida a ella. Los ojos de Violeta se llenan de lágrimas, se retira de la ventana. Avanza hacia la parte de atrás de la casa hasta llegar a la ventana de lo que parece ser una habitación. Fuerza el cerrojo y se introduce en la habitación a oscuras; de la cama toma un mono de peluche y lo abraza contra su cuerpo. Escucha ruidos y sale de la habitación. Inmediatamente después, un hombre de aproximadamente cincuenta y cinco años entra y enciende la luz de la habitación; observa la ventana abierta. Recorre con la mirada, tratando de encontrar algo fuera de su lugar y sale de la habitación angustiado.


HOMBRE (GRITANDO):
¡Ángela....!, ¡alguien entró a la casa...!


INSERT: Observamos a Violeta perderse en la oscuridad de la noche.


FADE TO BLACK:


4.- EXT. NOCHE. CALLE Y BANQUETA DE UNA CALLE SOLITARIA.
Violeta camina por la banqueta de una calle poco iluminada del centro de la ciudad. Lleva entre sus brazos el muñeco de peluche que sacó de su casa; su mirada se mantiene fija en el piso. Un auto de reciente modelo reduce la velocidad al pasar junto a ella. Un joven bien vestido, de aproximadamente 28 años, baja el cristal del conductor y trata de hablarle. Violeta no se detiene y él la sigue de cerca.


JOVEN:
Buenas noches... Disculpa, ¿no quieres que te lleve?...


INSERT: Violeta lo ignora. El sigue insistiendo.


JOVEN (RIENDO):
Te juro que no muerdo...


INSERT: Las palabras del joven la hacen detenerse. Sonríe con malicia, da media vuelta y avanza hacia el auto. El joven desactiva el seguro de las puertas.


VIOLETA:
Lástima que yo no pueda prometer lo mismo...


INSERT: El joven sonríe entusiasmado, Violeta abre la puerta del lado del copiloto y entra al auto. Le muestra su muñeco de peluche al joven.


VIOLETA:
Mira... él es mi hijo...


JOVEN:
Órale... Y, ¿como se llama?...


VIOLETA:
Mmm... No lo he pensado todavía...


JOVEN:
Ok... ¿Y tu?, ¿como te llamas?...


INSERT: Violeta lo mira a los ojos y sonríe. El joven acelera y el auto da vuelta en la esquina más próxima. La cámara avanza siguiendo el rumbo del auto. (SOUND FX: RECHINAR DE LLANTAS). Sigue avanzando la toma hasta dar vuelta a la esquina. Observamos el auto del joven con las llantas delanteras trepadas sobre la banqueta, con la puerta del conductor abierta. Del interior del vehículo, el joven yace con medio cuerpo tirado hacia fuera, con la garganta destrozada. Sin rastro de Violeta.

FIN

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