24.9.08

Night - Nite

Teté Tovar

De pronto están ahí, un par de ojos café intenso mirándome fijamente, sonrío y me acerco a ti aspirando tu aroma a sal, a mar. Tus manos se deslizan hacía mi, suben y bajan causando un torrente de sensaciones inquietantes, desconcertantes. Te conozco tan bien, me eres tan familiar que me dejo llevar por tus susurros, por tus murmullos. Apenas empieza a caer la tarde sobre la terraza de madera, las aguas frente a nosotros se entrecruzan como se entrelazan nuestros cuerpos sobre esa cama tan ardiente, tan húmeda de mí, tan apasionante de ti. Los minutos nos van alcanzando y la oscuridad empieza a entrar por la ventana, es intimidante tu desnudez, sólo quiero tocarte pero mis manos se derriten antes de alcanzar la tersura de tu piel. Esta cama es tan grande, tan inmensa que siento que me voy perdiendo en ella entre gemidos que no se callan, entre las sabanas que se enredan entre nuestros cuerpos ávidos de sudores, ansiosos de caricias, deseosos de llenarse uno del otro. El viento quiere entrar, golpea y golpea las ventanas como queriendo compartir tus labios sobre mi boca, tan suave roce, tan fresca sensación. Mis manos sobre tu espalda, acariciando tus sensaciones, buscando tus emociones. Me buscas en la obscuridad, en estas tiniebla que nos rodean. Sonríes en la penumbra y me dices que quieres verme, te contesto que me aspires, me absorbas, que sientas lo que provocas en mi. Me abrazas y entras en mí lentamente, como si la rapidez no existiera. La lluvia comienza a caer sobre la arena allá afuera, la moja lentamente. Igual empiezo a sentir que sientes, a compartir lo que deseas, paso mis manos por tu cabello que brilla un poco en esta oscuridad que nos rodea. Tu aroma, quiero adivinar tu aroma escuchando tus gemidos, tus medias palabras entre bocanadas de aire.

La oscuridad ha caído por completo entre nosotros, ha penetrado cada pequeño recoveco que queda entre tú y yo. Me pego a ti lo más que puedo, quiero sentir tu tibieza, necesito creer que estoy aquí contigo después de tantos momentos, después de todo este tiempo, después de tantas palabras. Sigues dentro de mi alma, de mis sensaciones, pretendes dejarme pero no puedes, sigues sintiéndome tan cerca de ti que sólo puedo percibir tu tibieza, tu fuerza. Sigo contigo, estoy en ti, las horas han pasado sobre nosotros. El agua ha dejado de caer afuera, nos invade un poco de serenidad entre tanto rumor, la danza aminora un poco su ritmo, pero no termina. Las caricias, los roces siguen su curso, son como ríos que fluyen libres por tu cuerpo, por tus sentidos. Los aromas nos inundan, a mar, a sal, a todo lo que queda libre después de tantos segundos acumulados. Afuera la noche va cediendo, entre nubes pasan los primeros rayos de sol. Empiezas a aumentar el compás, no puedo emitir palabra, mi sonrisa aflora y mis gemidos emanan de lo más profundo de mis sentidos. Tiemblas, me estremezco, susurras que quieres verme y te digo de nuevo que uses el resto de tus sentidos, pero la vista…la vista guárdala para mañana. Sonríes de nuevo y murmuras…hoy es mañana.

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